jueves, 5 de marzo de 2020

C贸mo importar videos ��MKV en Premiere Pro �� y After Effects��‍��

K-Lite Codec Pack Full 2020






  •   -  100% Seguro  -  Gratis
  • 脷ltima Versi贸n:
    K-Lite Codec Pack Full 15.4.0 脷LTIMO
  • Requisitos:
    Windows Vista / Windows 7 / Windows 8 / Windows 10









K-Lite Codec Pack Basic


K-Lite Codec Pack Full es una colecci贸n de codificadores de audio y video que son requeridos para la reproducci贸n y creaci贸n de formatos modernos de audio y video. Dentro de la colecci贸n est谩n todas las versiones actualizadas de filtros de DirectShow, codificadores VFW/ACM, y herramientas que est谩n configuradas para ser instaladas de una manera amigable para el usuario e integradas a cualquier herramienta de la media que uses en tu PC. Si quieres reproducir todos los populares formatos de audio y video, K-Lite Codec Pack es lo que necesitas.

Simplemente instala K-Lite Codec Pack y la mayor铆a de los codificadores m谩s requeridos y populares ser谩n instalados e integrados a tu Windows OS, ofreci茅ndoles a los usuarios de todos los conocimientos la posibilidad de empezar instant谩neamente a reproducir todo el contenido de video con facilidad.

Los codificadores que forman parte de este paquete tambi茅n pueden ser utilizados para el proceso de edici贸n del video, especialmente para editores de video que requieren la ayuda de codificadores externos (como el popular software de c贸digo abierto VirtualDub).
K-Lite Codec Pack viene en 4 variaciones, con la presente versi贸n completa siendo la m谩s popular y alcanzando el mejor balance entre el soporte para usuarios principiantes y profesionales. Soporta la reproducci贸n de todos (sin p茅rdida) los formatos de audio y de video populares para cualquiera que utilice su PC para capacidad del centro de medios. Contiene codificadores VFW/ACM  que pueden ser utilizados para codificar. Tiene soporte para reproducci贸n para algunos formatos de audio y video de legado.  

Aunque a esta versi贸n completa del paquete le faltan algunos componentes que son parte de la “Mega” colecci贸n, sigue siendo altamente capaz de satisfacer todas las necesidades de los usuarios profesionales.



























Basic

Small but extremely powerful!
Already contains everything you need to play all common audio and video file formats.
Supports playback of:
  • AVI, MKV, MP4, FLV, MPEG, MOV, TS, M2TS, WMV, RM, RMVB, OGM, WebM
  • MP3, FLAC, M4A, AAC, OGG, 3GP, AMR, APE, MKA, Opus, Wavpack, Musepack
  • DVD and Blu-ray (after decryption)
  • and many more audio and video formats!
Provides lots of useful functionality, such as:
  • Subtitle display
  • Hardware accelerated video decoding
  • Audio bitstreaming
  • Video thumbnails in Explorer
  • File association options
  • Broken codec detection
  • and much more!





















Que estudiar para ser un Astr贸nomo


▶RELAJACI脫N C脫SMICA 4K 馃敟馃幍 Deep Space Im谩genes de la NASA + M煤sica para estudiar, trabajar馃寧 → http://bit.ly/2Iobj1M
M煤sica馃幍 para viajar por el ESPACIO 馃敟 Relajarse en la inmensidad del UNIVERSO 馃寧http://bit.ly/2POA5wa

Astr贸nomos no tienen laboratorios como los qu铆micos, bi贸logos o paleont贸logos. No podemos poner las estrellas en tubos de ensayos o poner las galaxias a centrifugar.  Nuestros materiales de estudios se encuentran a millones e incluso billones de a帽os luz. En la mayor铆a de las ocasiones, los astr贸nomos derivan informaci贸n a partir del an谩lisis de la luz o del movimiento de los cuerpos celestes.
De hecho, la astronom铆a es una ciencia muy creativa, ya que el Universo no es accesible a nosotros de un modo convencional. Por ello, los astr贸nomos deben aplicar medidas iguales de pensamiento anal铆tico e imaginaci贸n, l贸gica e intuici贸n para poder responder las preguntas m谩s fundamentales acerca del cosmos: Qu茅 son las estrellas y los planetas?, Como evolucionan, que hace que el cielo tenga la forma que tiene?, existe vida en torno a otras estrellas, como se formo el Universo, como morira.  En resumen, el objetivo de un astronomo es entender la naturaleza del Universo.

Que estudiar para ser un Astr贸nomo:

馃憠Las mejores carreras son f铆sica, aunque matem谩ticos y estudiantes de inform谩tica pueden tener salidas como astr贸nomos tambi茅n.
Despu茅s de la carrera, la mayor parte de los astr贸nomos realizan estudios de postgrado. La realizaci贸n de una tesis doctoral es uno de los per铆odos profesionales m谩s disfrutables, ya que se dispone de tiempo para buscar los problemas que se quieren resolver e intentar resolverlos.

Donde trabajan los astronomos. Potencial de empleo:

馃憠La astronom铆a es un campo relativamente peque帽o, con XXX astr贸nomos profesionales en Espa帽a y XXX en el mundo. Los astr贸nomos trababajan en colaboraciones internacionales, por lo que si quieres ser un astr贸nomo, tienes que estar preparado para viajar.
Para llegar a tener una posici贸n permanente en Espa帽a, en una Universidad o en un centro de investigaci贸n (ver listado de los lugares donde se realiza investigaci贸n en astrof铆sica en Espa帽a) normalmente es necesario realizar estudios de posgrado y haber tenido una o varias posiciones temporales postdoctorales (normalmenete en Universidades diferentes de donde ser realizaron los estudios de postgrado).
La mayor parte de los astr贸nomos profesionales son miembros de Universidades, aunque en Espa帽a hay centros de investigaci;on dedicados al estudio de la astrof铆sica como el IAC, IAA, ...
Even though teaching is an academic career, astronomers at leading colleges are a major source of astronomical research activity. In addition to the observatories and research institutions operated by individual universities, there are a number of national observatories and research institutes that make research time available to observational astronomers at academic institutions and to others.
Observational astronomers spend between 10 and 30 nights per year working at an observatory or getting observations from spacecraft, and the rest of their time analyzing the data they've collected. Others, such as theoretical astrophysicists, may not even work with observing equipment but conduct a great deal of their astronomy research using supercomputers. Much of the astronomer's work day consists of analyzing data, interpreting observations, or planning observational programs.
Recent university graduates start their careers at universities, colleges, and other institutions with postdoctoral research positions (one to three years of research work for people with new doctoral degrees) and research associateships that allow full time for research.
Median salaries at universities and colleges depend upon the size, quality, and competitiveness of the school. Starting salaries for assistant professors start at about $50,000 for 9-10 months, the range for senior professors is $80,000-100,000 for 9-10 months. Typical postdoc pay ranges between $35,000-45,000 per year. Contrary to popular belief, scientists at national or government labs earn the highest median salary, followed by those employed by business or industry. Many faculty members augment their salaries with summer work at their universities or with summer research support.
About ten percent of all astronomers work in business or private industry. A few industries, such as the aerospace field, hire astronomers to do research that may give their company a competitive edge. A number of consulting firms supply astronomy talent to the government for specific tasks. In addition, there is are large number of companies that, rather than conduct astronomy research, make use of the background and talents of the astronomer in related areas. Astronomers are generally well-versed in instrumentation, remote sensing, spectral observations, and computer applications to unusual problems. Job security may be somewhat less certain than in government and academia since there is no tenure or civil service in industry. The salaries, however, are often correspondingly higher, especially at mid-management levels and above. In practice, most companies protect their good employees, but the choice of work within a given company may be limited. In exchange for some loss of choice, there is the likelihood of getting a job that is technically challenging and that provides great opportunity for both intellectual and professional growth. Industrial employment offers a wide variety of nontechnical career paths as well. Although a Ph.D. is useful for industrial jobs, it is less often a formal requirement.
Otros astr贸nomos trabajan en planetarios, museos de ciencia o en otros servicions p煤blicos. Estos astr贸nomos son una importante fuente de informaci贸n y una conexi贸n entre el mundo del astr贸nomo profesional y el p煤blico en general. Otros astr贸nomos prefieren deciarse a la ense帽anza secundaria ensen帽ando f铆sica o matem谩ticas. As铆mismo, el periodismo cient铆fico es otra salida a la profesi贸n. Estos trabajos en general no requiern la realizaci贸n de una tesis doctoral..
Although most astronomers have advanced degrees, people with an undergraduate major in astronomy or physics can find jobs in support positions at national observatories, national laboratories, federal agencies, and sometimes in large astronomy departments at universities. An undergraduate astronomy degree is excellent preparation for science teachers, laboratory technicians, computer programmers, and science journalists. It can also serve as the basis for graduate degrees in other fields, such as law or medical school. Some universities may not offer a major in astronomy for undergraduates, but may instead have a program in physics with a specialization in astronomy.
Un astr贸nomo profesional no se dedica simplemente a apreciar la belleza de los objetos en el cielo. El reto diario es llegar a entender los procesos f铆sicos que dan lugar a la formaci贸n de estos objetos.
A menudo se dice que la profesi贸n de astr贸nomo es la m谩s antigua pero, en muchos aspectos, es tambi茅n la m谩s moderna, ya que a帽o tras a帽o nuevos descubrimientos nos hace tener que revisar nuestra perspectiva del Universo. Muchos de estos descubrimientos suenan m谩s a ciencia ficci贸n que a ciencia real: haos luminosos en torno a estrellas agonizantes, explosiones de rayos gamma, la gran barrera de galaxias, vac铆os, jets c贸smicos, lentes gravitacionales, anillos de Einstein, etc. Estos descubrimientos, no solo revelan un Universo m谩s rico y m谩s variado de lo que se hab铆an pensado generaciones previas, pero plantean nuevos retos para los cient铆ficos.
Modern astronomy is flourishing. Interplanetary spacecraft have observed eight of the nine planets in phenomenal detail, mapped and landed on the surfaces of the moon, Mars, and Venus, and returned the first close-up images of a comet nucleus and several asteroids. Orbiting observatories scrutinize star clusters, nebulae, the violent cores of galaxies, and distant quasars. Another orbiting spacecraft, the Cosmic Background Explorer, has mapped the faint background glow of energy that is believed to be the remnant radiation from the big bang 15 billion years ago.
Meanwhile, astronomers are using ground-based telescopes, equipped with the latest electronic light-gathering instruments, to measure the chemical composition of stars, the mass of galaxy clusters, and looking for planets around other stars. Future years will see an armada of new large telescopes brought to bear on some of the most important astronomical questions being asked today. How old are the oldest stars? How did the first galaxies form in the universe? Why is most of the mass in the universe not directly observable? What is the nature of this "dark matter?" Will the universe expand forever?
Of course, astronomers don't just use telescopes in their studies of the universe. In recent years, powerful supercomputers have been employed to, among other things, model cosmic jets and the environment around pulsars and black holes, simulate galaxy collisions, and devise better theories on how galaxies clustered into large-scale structures in the early universe.
Astronomers also study data gathered by physicists using particle accelerators. Key questions about the big bang and the nature of matter in the universe can only be answered by studying the behavior and forces of elementary particles and, perhaps, discovering new particles. Hence, in order to understand how the very large came to be, astronomers must learn what they can about the very small.

Un viaje c贸smico el universo en im谩genes



“¿Qui茅nes somos? Nos hemos dado cuenta de que vivimos en un planeta insignificante que orbita en torno a una estrella del mont贸n perdida en una galaxia remota de alg煤n rinc贸n olvidado de un universo en donde hay muchas m谩s galaxias que personas” (Carl Sagan)


Nuestra galaxia, cuya espiral s贸lo podemos ver horizontalmente desde uno de sus extremos (donde est谩 situado nuestro planeta) fotografiada desde la cima de una monta帽a.



La astronom铆a es el arte de terminar sinti茅ndose diminuto. Pensar en la magnitud del universo que nos rodea es un ejercicio de perspectiva y de humildad. En nuestro ajetreado d铆a a d铆a pocas personas suelen detenerse para contemplar los cielos, o para pensar en ellos siquiera. Pero hagamos un peque帽o experimento: imaginemos una nave con la que pudi茅semos abandonar la Tierra y viajar a cualquier parte del universo sin preocuparnos por los l铆mites de velocidad, para contemplar de cerca a algunos de esos colosos que en nuestras noches terr铆colas parecen d茅biles e inofensivos parpadeos de fr铆a luz. Esto es lo que la fotograf铆a astron贸mica hace por nosotros: nos permite volar a rincones imposibles del cosmos —donde, de viajar realmente, ser铆amos instant谩neamente reducidos a cenizas, o aplastados por gravedades inmensas, o consumidos por radiaciones devastadoras, o instant谩neamente transformados en un quebradizo bloque de hielo— para que podamos observar de cerca las maravillas del espacio.

Hacemos despegar nuestra nave y viajamos en primer lugar hacia el sol, la estrella que proporciona energ铆a a los seres vivos de nuestro planeta y que es literalmente el centro de nuestra existencia. Vivimos, dormimos y planeamos toda nuestra actividad en torno a sus designios. Cuando ilumina nuestras ma帽anas y nos acaricia con su c谩lido aliento pensamos que es como un padre benigno, pero la realidad es bien distinta: s贸lo tenemos que recordar aquella vez en que la radiaci贸n de ese mismo sol nos quem贸 la piel en la playa. Es cierto que vivimos gracias al sol, s铆, pero tambi茅n sobrevivimos a pesar de 茅l, resguardados por la atm贸sfera y el campo magn茅tico terrestres, los cuales ejercen de escudo protector contra la aterradora furia solar. Estar expuestos a una estrella es como vivir frente una explosi贸n nuclear constante, que nos bombardea con toda clase de emisiones virulentas. Aunque el sol se nos antoja cercano en comparaci贸n con las mareantes distancias a las que est谩n otras estrellas, y porque podemos verlo a simple vista como una esfera y no como un simple punto de luz, en realidad est谩 muy, muy lejos de la Tierra. Un rayo de luz que sobre nuestro planeta parece moverse instant谩neamente de un lugar a otro y que atraviesa continentes enteros en mil茅simas de segundo, tarda nada menos que ocho minutos en llegar desde el sol a la tierra. La distancia que nos separa de nuestra estrella local es —afortunadamente— enorme. Si nuestro planeta estuviese m谩s cerca, ser铆amos instant谩neamente cocidos en la cocina estelar del sol.

Pero, ¿qu茅 ver铆amos si estuvi茅semos mucho m谩s cerca del sol? Esta maravillosa imagen, un primer plano de la superficie solar, en la que por descontado est谩 disminuida la luminosidad total, nos da una idea de lo que realmente es nuestro sol: un apocal铆ptico infierno, un violento oc茅ano en llamas cuyo interior late con el brillo de millones de bombas at贸micas explotando sin cesar. Es tan grande que todo el planeta Tierra caer铆a en 茅l sin causar mayor trastorno que una diminuta bola de ruleta cayendo en una piscina de lava. As铆, contemplando de cerca el Averno de su superficie, se explica que un astro tan lejano sea capaz de quemarnos la piel o cegar nuestros ojos desde una distancia tan grande, porque su poder es simple y llanamente inmenso:




Una vez hemos visitado nuestra estrella —la que nos da vida y tambi茅n la que en cualquier momento podr铆a matarnos con una simple tos de fuego— volamos hacia los l铆mites del sistema solar y m谩s all谩. En los receptores de nuestra nave, las emisiones radiof贸nicas procedentes de la Tierra comienzan a hacerse algo m谩s d茅biles. Conforme nos alejamos hacia las profundidades del espacio, el sol va menguando hasta parecer una estrella m谩s en el mosaico celeste. En la nueva etapa de nuestro viaje, visitamos la estrella m谩s cercana a nuestro sol, situada a unos cuatro a帽os luz, que es adem谩s la tercera estrella m谩s brillante del cielo nocturno a simple vista. Alfa Centauri, tambi茅n conocida con el bello nombre de Rigil Kent, es extremadamente parecida al sol en tama帽o y color; su brillo nos hace sentirnos como en casa. Pero al contrario que el sol —hijo 煤nico—, Alfa Centauri tiene una hermana, Alfa Centauri B. Es una estrella doble: dos soles gemelos que orbitan juntos. Y a煤n tiene una compa帽era m谩s, la peque帽a Pr贸xima Centauri, que orbita cerca de las otras dos como una tercera hermana desterrada. Si hay planetas en torno a esas estrellas y alguien levanta la vista al cielo, podr谩 ver el amanecer de tres brillantes soles cada ma帽ana:




Movidos por la curiosidad nos ponemos de nuevo en marcha para continuar nuestro viaje: volamos hasta las inmediaciones de la estrella Sirio, otra estrella vecina, situada a unos 8’5 a帽os luz, el doble de distancia que Alfa Centauri. Queremos verla de cerca porque, cuando estamos de pie mirando el firmamento con nuestros propios ojos, Sirio es —despu茅s del sol—la estrella m谩s brillante que podemos ver desde la Tierra. Comprobamos que Sirio no es amarillenta como el sol, sino completamente blanca, y que orbita junto a una diminuta compa帽era, Sirio B, una estrella enana que —pese a no ser m谩s grande que el propio planeta Tierra— contiene tanta masa como una estrella normal. Cuando volamos en torno a Sirio descubrimos con asombro que es una estrella enorme, tiene pr谩cticamente el doble de tama帽o que nuestro sol:





Pero luego viajamos hacia Arturo, que a simple vista es otra de las estrellas m谩s brillantes de nuestro cielo nocturno (es la cuarta m谩s brillante, despu茅s de Sirio, Canopus y nuestra doble vecina Alfa Centauri). Es, si no una vecina del sol, s铆 una habitante del vecindario contiguo: est谩 situada a unos 37 a帽os luz, lo cual sigue siendo relativamente cercano en t茅rminos c贸smicos. Al visitarla, el asombro crece porque esta inmensa bola de gas ardiendo en una aterradora fusi贸n nuclear es incluso bastante m谩s grande que Sirio, la cual es como una peque帽a pelota de tenis junto a la enorme pelota de playa de Arturo. Empezamos a hablar ya de estrellas de una magnitud inconcebible: todo el planeta Tierra es, literalmente, como una imperceptible mota de polvo junto al gigante arturiano:





Pero por si todav铆a no nos ha entrado el v茅rtigo ante las monstruosas magnitudes de estos astros, que hacen que nuestro sistema solar parezca un peque帽o juguete insignificante, aceleramos nuestra nave para cubrir una distancia bastante mayor: 520 a帽os luz. Nos acercamos a otra de las estrellas m谩s brillantes del firmamento nocturno: la gigante roja Betelgeuse. Dec铆amos que Sirio es como una pelota de tenis junto al enorme bal贸n de playa de Arturo… pues Betelgeuse hace que Arturo parezca una diminuta cerilla en comparaci贸n con el incendio de una vivienda. Nuestro sol ni siquiera ser铆a apreciable en comparaci贸n y probablemente ser铆a r谩pidamente absorbido por el coloso. De hecho, Betelgeuse es una de las estrellas m谩s grandes de las que tengamos noticia:





Pero la roja hinchaz贸n de Betelgeuse es el preludio de una muerte inminente. Los astr贸nomos creen que un buen d铆a estallar谩 como una supernova, algo que naturalmente no s贸lo ser谩 visible desde la Tierra, sino que durante un corto periodo de tiempo probablemente ilumine nuestras noches y pr谩cticamente haga que vivamos veinticuatro horas de luz ininterrumpida. La traum谩tica desaparici贸n de Betelgeuse est谩 muy, muy pr贸xima, al menos en t茅rminos temporales astron贸micos. Se calcula unos cien mil a帽os como plazo probable para su explosi贸n, pero dicho estallido podr铆a suceder mucho antes. Betelgeuse es ya oficialmente una estrella agonizante. IPodr铆a ocurrir que un buen d铆a, tras el atardecer, notemos que no se hace de noche, y que ha surgido una brillant铆sima estrella, casi un mini-sol, en mitad del firmamento nocturno, que durante alg煤n tiempo ya no ser谩 tan nocturno. Ser谩 es estallido mortal de Betelgeuse, una brillante luminaria que empezar谩 a menguar cuando la explosi贸n se diluya en una nebulosa de restos incandescentes, la cual podremos seguir viendo a simple vista en el firmamento, aunque la noche habr谩 vuelto a ser noche. La muerte de Betelgeuse cambiar谩 por completo la fisonom铆a de Ori贸n, una de las constelaciones m谩s bellas y notables del cielo nocturno. Betelgeuse es la roja empu帽adura de la espada del guerrero Ori贸n, pero dentro de no mucho desaparecer谩 para siempre. Disfrutemos de la constelaci贸n mientras la roja Betelgeuse, el “rub铆 de Ori贸n”, a煤n est谩 en su sitio:





Comparando Betelgeuse con la ya colosal Arturo nos hab铆amos hecho una idea de su asombrosamente cicl贸pea envergadura. Pero, aunque parezca mentira, a煤n conocemos estrellas bastante m谩s grandes que Betelgeuse, aunque algunas de ellas est谩n tan lejos de nosotros que no destacan en el firmamento nocturno y s贸lo son visibles como peque帽as estrellitas de segunda o tercera fila. Por ello ni siquiera tienen un nombre propio, y nos referimos a ellas s贸lo con el c贸digo alfab茅tico que se otorga a las estrellas aparentemente “menores”, algo as铆 como la matr铆cula de un veh铆culo. Tendremos que prepararnos para un viaje mucho m谩s largo: m谩s de 5.000 a帽os luz para visitar VY Canis Majoris, (o sea la estrella VY de la constelaci贸n del Can Mayor). No es una estrella en la que reparar铆amos a simple vista, perdida entre decenas de otras luminarias en esa misma regi贸n del cielo, entre ellas Sirio, que al estar tan cerca nos parece much铆simo m谩s brillante. Sin embargo VY Canis Majoris no s贸lo es una supergigante roja, sino que es de hecho la estrella m谩s masiva de la que tenemos noticia —entre dos y cuatro veces m谩s grande que la gigante Betelgeuse—y una de las estrellas que producen una mayor cantidad total de luz, aunque en la lejan铆a apenas nos llegue un p谩lido parpadeo. Si VY Canis Majoris estuviese situada en el centro de nuestro sistema solar, no  podr铆amos verla desde la Tierra… ¡porque la Tierra estar铆a dentro de la propia estrella! Es tan absurdamente enorme que durante un tiempo se crey贸 que pon铆a en tela de juicio todas las teor铆as establecidas sobre la formaci贸n de las estrellas y que obligar铆a a reconsiderar varios principios fundamentales de la astrof铆sica. Finalmente se redujo la estimaci贸n de su di谩metro gracias a mediciones m谩s fiables, pero aun as铆, su tama帽o es tan aterradoramente descomunal que la 煤nica manera de hacernos una idea es represent谩ndola con un gr谩fico junto a nuestro sol, el cual ser铆a apenas un irrisorio mosquito junto al horizonte de VY Canis Majoris. S铆, en esta ilustraci贸n, ese diminuto puntito blanco es el sol:





…la Tierra entera ni siquiera merecer铆a un 煤nico pixel. La imagen real de VY Canis Majoris al telescopio no es, sin embargo, la de una esfera limpia. Fotografiada a una enorme distancia, la supergigante est谩 rodeada por una nebulosa, formada por materia que la estrella ha ido expeliendo en lo que son las fases finales de su vida: lentamente, VY Canis Majoris se est谩 deshaciendo en los estertores a su muerte. Al igual que Betelgeuse, tambi茅n terminar谩 estallando en 茅pocas pr贸ximas. Cuando esto ocurra se producir谩 una «hipernova», una explosi贸n con la energ铆a de un centenar de supernovas normales: la cosa m谩s refulgente, devastadora y terrible que podemos concebir en el universo. Afortunadamente, VY Canis Majoris est谩 situada en regiones  remotas del espacio. De haber estado m谩s cerca de nuestro sistema solar, la radiaci贸n procedente de la hipernova podr铆a haber barrido el planeta Tierra con consecuencias catastr贸ficas y la humanidad hubiese desaparecido junto con la estrella. En la imagen, la hipergigante VY Canis Majoris, la estrella m谩s grande conocida, rodeada de las nubes de materia que est谩 expulsando en su agon铆a (aunque, hablando con propiedad, lo que vemos es lo que sucedi贸 hace cinco mil a帽os… el tiempo que ha tardado la imagen en llegar hasta nosotros. Qui茅n sabe, VY Canis Majoris podr铆a haber explotado ya y nosotros no lo habr铆amos visto todav铆a):




La explosi贸n de una estrella es el fen贸meno m谩s luminoso del universo. En 茅pocas pasadas lleg贸 a poder verse alguna muerte estelar a simple vista, cuando de repente aparec铆a en el cielo nocturno una brillante estrella nueva (una “nova”) cuya aparici贸n los antiguos astr贸nomos no pod铆an explicar. Estas novas, visibles en el cielo durante d铆as, semanas o meses, volv铆an a desaparecer progresivamente, dejando a los observadores intrigados sobre su naturaleza. Por lo general, sin embargo, las novas y supernovas ocurren tan lejos que no podemos verlas a simple vista y s贸lo son detectables a trav茅s de los telescopios. Se tiene noticia de bastantes novas y supernovas cada a帽o, pero s贸lo algunas est谩n a una distancia que permita obtener im谩genes espectaculares. Por ejemplo, en 1987 una supernova estall贸 causando un espectacular anillo de restos incandescentes que pudo ser bien fotografiado por los astr贸nomos. Esto es lo que vemos justo despu茅s de la repentina explosi贸n de una gran estrella. Si hab铆a alg煤n planeta habitado orbitando en torno a ella, s贸lo cabr铆a compadecernos de sus moradores:





Con el paso del tiempo, ya pasada la explosi贸n inicial, los restos de las novas y supernovas forman lo que se llama una “nebulosa planetaria”, llamada as铆 porque en los telescopios primitivos su diminuta imagen se parec铆a a la imagen tambi茅n borrosa de los planetas. Pero la 贸ptica moderna nos ha permitido descubrir que una nube de restos incandescentes procedentes de una nova es casi siempre un fen贸meno de inconmensurable belleza. Como esta medusa espacial, una burbuja que flota pl谩cidamente en la inmensidad del espacio y que no es sino el esp铆ritu errante de una estrella difunta:





O la espectacular Nebulosa del Cangrejo, en la que podemos apreciar claramente c贸mo la materia y energ铆a anta帽o concentradas en una estrella se han diseminado por toda una enorme regi贸n del espacio, tras el mortal estallido. Una gigantesca nube de despojos incandescentes que todav铆a brillan con intensidad:





Aunque no todas las estrellas mueren con una gran explosi贸n. Dec铆amos que las estrellas, en su vejez, suelen expulsar parte de su materia al exterior. Algunas sencillamente expulsan casi todo su contenido y al final no explotan sino que quedan reducidas a estrellas enanas rodeadas de sus propios despojos. Tenemos ejemplos c茅lebres de estas muertes lentas como la Nebulosa Anular de Vega, en la que un aro de materia desprendida de una estrella es todav铆a iluminada por lo que queda de dicha estrella, que permanece en el centro del anillo reducida a la triste existencia de una enana blanca. La “Nebulosa del Anillo” es visible a simple vista en el cielo nocturno, aunque se necesita un telescopio medianamente decente para empezar a distinguir su verdadera naturaleza:





Naturalmente, los telescopios modernos nos ofrecen una perspectiva m谩s cercana y espectacular de dicha nebulosa, donde vemos ya con claridad la enana blanca en su centro que est谩 iluminando el aro de materia desprendida. La estrella ha reducido demasiado su tama帽o como para llegar a explotar alg煤n d铆a, as铆 que la Nebulosa del Anillo permanecer谩 durante mucho tiempo con nosotros:




Una nebulosa en forma de anillo puede parecer la consecuencia simple y l贸gica de una estrella que est谩 expulsando su propia sangre al espacio, pero existen ejemplos bastante m谩s barrocos y fascinantes. Pongamos en marcha nuestra nave para acercarnos a la nebulosa Ojo de Gato, otra estrella que ha ido soltando materia a su alrededor hasta formar una intrincad铆sima forma que puede parecer el producto de un laboratorio de efectos cinematogr谩ficos, pero que no, es completamente real:





Y a煤n otro ejemplo tanto o m谩s inquietante de estrella moribunda que desprende materia en torno a s铆 hasta formar un intrincado mosaico de luces y sombras, es la Nebulosa del Esquimal. Tambi茅n parece el producto de la imaginaci贸n de un t茅cnico cinematogr谩fico, pero existe realmente y es claramente visible la estrella central que ha provocado la aparici贸n de esta especie de catedral celeste:





Sin darnos cuenta, explorando estrella tras estrella con nuestra nave, nos hemos ido alejando de la Tierra e incluso nuestra radio ha quedado en silencio. Ya no nos llegan se帽ales de nuestro mundo: las emisiones que la humanidad est谩 produciendo en pleno siglo XXI tardar谩n miles de a帽os en llegar a donde est谩 ahora la astronave; para entonces nadie recordar谩 que una vez partimos hacia el espacio y la civilizaci贸n de la que procedemos quiz谩 habr谩 evolucionado —para bien o para mal—hasta ser tan distinta que no podr铆amos llegar a reconocerla, ni a entender sus costumbres o su idioma.

En la silenciosa soledad del espacio, descubrimos que el universo es algo que nada tiene que ver con los afanes y andanzas de los hombres. Gigantes esferas de fuego que rugen despidiendo terror铆ficas oleadas de luz y calor; planetas gaseosos gigantescos como dioses, nebulosas de polvo tan extensas que ninguno de nuestros cohetes podr铆a recorrerlas de una punta a otra en varias vidas; descomunales oc茅anos de aparente vac铆o donde el toparse por casualidad con un asteroide mediano o con cualquier otro objeto digno de consideraci贸n ser铆a m谩s improbable que acertar doscientas veces seguidas la combinaci贸n de n煤meros de la loter铆a. Ah铆 fuera todo es de tal tama帽o; todo arde con tanta furia o est谩 tan fr铆o, r铆gido y silencioso; todo brilla con tanta intensidad o est谩 tan oscuro, que de repente las peque帽as aventuras de los humanos parecen insignificantes: ¿qui茅n se ha detenido alguna vez a pensar en lo que siente una ameba, un 谩caro o una bacteria del moho del pan? En ese instante, alejados de la Tierra y flotando en alg煤n lugar del espacio donde ya no podemos reconocer las constelaciones, se nos antoja que la raza humana es como la bacteria del moho que ha salido sobre una insignificante esfera de hierro, llamada Tierra, la cual gira en torno a una estrella que ni siquiera es especialmente destacable.

Y sin embargo no somos tan insignificantes, porque por enorme y ajeno a nosotros que nos parezca el universo, formamos parte de todo ello. No lo contemplamos desde fuera ni somos convidados de piedra al espect谩culo c贸smico. Nuestra carne y nuestra sangre est谩n hechas de materia que un d铆a form贸 una de esas coloristas nebulosas; somos una m谩s de las creaciones en el inacabable universo conocido, de hecho somos uno de sus m谩s complicados productos. S铆, apenas pasamos de ser un punto inapreciable en el total del espacio y un parpadeo ef铆mero en el total del tiempo, pero no s贸lo estamos hechos de los mismos 谩tomos que componen las maravillas que vemos a trav茅s de los telescopios, sino que —en cierto modo—podemos abarcar todo ello en nuestra mente, la cual, que sepamos por ahora, es m谩s compleja, misteriosa e inabarcable que cualquiera de esas inexplicablemente extensas galaxias que pueblan la inmensidad del cosmos.

Aparcamos nuestra nave por el momento. Pr贸ximamente seguiremos viajando para contemplar m谩s im谩genes del cosmos, las que est谩n m谩s cerca (si es que puede usarse la palabra “cerca” cuando hablamos del espacio sideral) y las que est谩n m谩s lejos, y maravillarnos no s贸lo de su belleza, sino del hecho mismo de que seamos una parte importante de ellas. Aunque nadie ah铆 fuera haya o铆do nunca hablar de nosotros.

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